El Talismán, proveniente de la palabra árabe - طلسم -Tilasm, y del vocablo griego Teleo, que significaba "consagrarse" y "completo", es un objeto, generalmente una piedra preciosa o semipreciosa o de oro o plata, a veces con alguna forma o figura especial o una inscripción. Esta última palabra, Teleo, hacía referencia a cualquier objeto o idea que completaba otra y la convertía en un todo, un cuerpo o pensamiento completo.
Este debe ser cargado con poderes mágicos por la persona que lo creó. El acto de consagración de un talismán es en el que su dueño le da al talismán sus debidas propiedades mágicas. De hecho, el talismán siempre se crea por una razón en concreto.
Sin embargo, no tiene por qué tener un origen mineral: la pata de conejo o el trébol de cuatro hojas se consideran también talismanes, y su origen es completamente diferente.
La confección del talismán debe ser sumamente cuidadosa, para poder así representar con la mayor exactitud posible la armonía entre las fuerzas universales; pues cuanto más exacto es el simbolismo, es más sencillo atraer la fuerza y la suerte (o lo que se desee atraer)
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