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Muchas veces puede que han escuchado de los Familiares, ¿que son estos Familiares? les aseguro que nada tiene que ver con sus parientes.
En sentido general, un “espíritu familiar” es aquel que se ha familiarizado con una persona, que tiene un vínculo personal con la misma, siendo la comunicación uno de los caracteres principales de dicho vínculo. Sin embargo, dando un sentido preciso, un espíritu familiar es aquel que acompaña y sirve a alguien, pudiendo transferirse a los descendientes de esa persona y estando muchas veces (no siempre), tras su compañía y servicio, una situación contractual, entendida como el hecho de que la persona ha dado o sigue dando algo al espíritu familiar. El concepto anterior permite entender que hay espíritus familiares buenos y malos; y por lógica, ya que siempre sirven al interés de la persona, su bondad o maldad no se planteará en el sentido de si son buenos o malos con la persona, sino en lo que respecta a las cosas que hacen para la persona, estando así su condición moral-espiritual ligada a la condición moral-espiritual de aquel a quien sirven. No obstante, la tendencia cristiana a demonizar todo (muy visible actualmente entre los evangelistas y protestantes en general), unida al hecho de que el concepto de espíritu familiar se haya popularizado durante la oscurantista fiebre inquisitorial propensa a la superstición y la fantasía, ha tenido tal influencia en la imagen que el imaginario social tiene del espíritu familiar, que en el diccionario de la RAE se lo concibe desde su acepción negativa, como si ésta fuera la única, diciéndose así que un “familiar” es un: ‹‹Demonio que se supone tiene trato con una persona, y a la que acompaña y sirve.››.
A partir de ahora pasare de llamar "Familiar" por "Servidor".
Debemos saber que este servidor hay que mantenerlo, utilizarlo, alimentarlo o remunerarlo.
Mantenerlo, con energía astral(espiritu) o vital(sangre).
Utilizarlo, estos servidores siempre se tienen o cream por un objetivo.
Alimentarlo/Remunerarlo, seria como mantenerlo pero con mas poder.
Tipos de Espíritus Servidores.
El animal especial no poseído: Generalmente se trata de una mascota que cumple estas condiciones: 1) tiene una gran sensibilidad que le permite sentir presencias espirituales y energías, o incluso dar señales de cosas que están ocurriendo (en otra parte) o de cosas que ocurrirán, 2) tiene un vínculo estrecho y cálido con la persona, un vínculo en que sobresale la comunicación, la empatía y la compañía. Este animal-familiar bien puede ser que desde un comienzo presente su sensibilidad psíquica-espiritual, o que haya sido entrenado para desarrollarla, teniendo un mínimo innato que posibilite ese desarrollo. Así mismo, bien puede ser que el animal haya sido comprado, que haya nacido en nuestra casa, o que inesperadamente nos haya visitado (esto ocurre con perros y gatos principalmente) y, como señal de conexión con nosotros, se haya afanado en quedarse, mostrando particular simpatía.
El animal poseído por un espíritu: Estos son casos de animales en los cuales ha entrado un espíritu, refiriéndonos por “espíritu” a un espíritu que no es un demonio. El espíritu es aquí el verdadero familiar y no el animal, que es solo el vehículo viviente, el medio que usa el familiar para servirnos. La forma en que el espíritu ingresa en el animal puede variar, de modo que éste puede haber entrado: a) súbitamente, y b) a través de un ritual o de otro proceso mágico. Desde luego que, prácticamente siempre, cuando entra súbitamente ha sido llamado, una o varias veces; mientras que, en el segundo caso, necesariamente es llamado el espíritu. Estos animales poseídos pueden detectar más cosas que los animales-familiares no poseídos, además de que, debido a ser más inteligentes cuando actúan dominados por el espíritu que los habita, pueden obedecer órdenes más puntuales y complejas, y así su poder de destrucción se vuelve enorme, ya que teóricamente, y esto se ve respaldado por la tradición oral de ciertas poblaciones rurales, hay aves “mandadas por la bruja” que le sacan los ojos a las personas… La contraparte de ese poder es que el brujo o la bruja puede ser víctima del mismo. Por ejemplo, si el animal-familiar poseído es un gran perro negro y la persona lo maltrata e incumple su parte del contrato, bien podría ser que una noche se levante al sentir que su cuello es penetrado por agudos colmillos… Por último: 1) cabe decir que este tipo de familiares suelen tener vínculos psíquicos con sus amos, pudiendo comunicarse a través de la telepatía, y 2) esta categoría desentona con las demás, que son categorías que no se interceptan, pero la hemos puesto porque es muy importante, ya que lógicamente también podría pensarse en un animal-familiar que esté poseído por un demonio, por un elemental, o por una entidad astral creada por el mago.
Criaturas astrales: Aquí hay algunas posibilidades, pero la más conocida es la del animal que en vida tuvo un vínculo estrecho con su dueño, y ya muerto regresa para servirle, pudiendo darse el caso de que en vida haya sido un familiar-animal no-poseído, o que no lo haya sido pero el mago lo haya llamado con el pensamiento, con rituales u otros métodos. Ese servicio necesariamente no puede durar indefinidamente, porque los animales-fantasmas son cuerpos astrales y nada más, careciendo así de sustancia mental, de cuerpo causal o de un Yo-Superior. De hecho, generalmente un fantasma-animal vive muy poco antes de desintegrarse, pero hay casos en que viven por años, dependiendo el tiempo de vida de la cantidad de sustancia astral, la cual siempre se ve aumentada cuando el animal ha interactuado de mucho y de forma profunda con humanos, cosa que siempre sucede con el animal-familiar no poseído.
Espíritus elementales: Los espíritus elementales son espíritus vinculados a la dimensión espiritual de la Naturaleza, y siempre se asocian a los cuatro elementos, no entendidos físicamente sino energética y espiritualmente. Esos elementos son el agua, el fuego, la tierra y el aire. Los elementales pueden ser de muchos tipos: duendes, salamandras de fuego, ondinas, silfos, elfos, hadas, etcétera… En lo que respecta a la magia negra, los duendes (vinculados al elemento tierra) son los elementales que más se emplean. Claro está que aquí nos referimos a elementales que ya existen, porque en teoría el mago, a través de rituales y procesos que involucren al elemento propio del elemental que quiere crearse, puede crear el suyo propio: en estos casos, generalmente el elemental se vincula a un objeto, portador de “su esencia”, que bien puede ser un espejo mágico, una botella, un cristal, un anillo, etcétera. Este caso entraría en la categoría de “entidades creadas por el mago”, pero la hemos mencionado aquí porque dicha categoría, a través de los elementales creados, se cruza con esta categoría de los elementales. Es un fenómeno muy interesante, ya que el mago no puede crear demonios o fantasmas humanos, ni tampoco creaturas astrales entendidas de cierta manera: puede crear entidades que parezcan cualquiera de esas cosas, pero no que efectivamente lo sean.
Fantasmas humanos: También llamados “lemures” por el nombre que se les daba en la Antigua Roma, estos espíritus familiares pueden ser muy peligrosos en la magia negra; ya que, solo el espíritu de una persona mala, serviría a alguien que se dedica a usar las fuerzas psíquicas y espirituales para dañar y/o manipular. En estos casos, es muy difícil que no exista una relación contractual y el mal espíritu haya decidido servir al mago solo para disfrutar haciendo maldades. De ese modo, esta clase de espíritus familiares suelen dar sus servicios después de pactos hechos con sangre, ya que la sangre es una de las sustancias con mayor poder para atar en el mundo astral. Estos son comúnmente los espíritus familiares que operan al servicio del mago negro contemporáneo que ofrece sus servicios en línea para vengarse de tal o cual que nos haya hecho daño, o incluso para matar… Esto es así porque hay tareas de destrucción que no puede realizar un espíritu familiar desde el cuerpo de un animal; y, dado que los elementales son difíciles de conseguir o crear, las criaturas astrales no son muy inteligentes, los demonios son muy difíciles de conseguir, y pocos son los brujos con suficiente poder psíquico para prescindir de entidades a la hora de dañar, los “malos espíritus” humanos quedan como la primera alternativa del hechicero a la hora de encontrar una manera efectiva de hacer cosas como debilitar psíquica-mente o aterrorizar a alguien que esté en otra ciudad…
Demonios: Hay muchas brujas y hechiceros actuales que piensan que el mismísimo Satanás les ayuda solo porque tienen una estatuilla de él, o que tal o cual demonio les sirve solo porque han usado su sello en un ritual y han obtenido resultados. Lo cierto es que la gran fauna demoníaca (a partir de la cual hasta surgió un abecedario de demonios) es un producto de la fantasiosa demonología medieval, que es muy mitológica en el sentido de que admitió la posibilidad de que los dioses paganos fuesen demonios, y muy “revelada” en tanto que asumió como reales a los demonios que aparecieron en la Biblia y en ciertos textos ocultistas, ejemplos de lo cual son Asmodeo y seres de la tradición cabalística como Samael, respectivamente. Por otro lado, actualmente hay debate, dentro del propio ocultismo, sobre si existen o no los demonios, y sobre cuál es su naturaleza exactamente. Resulta así bastante dudoso el que un brujo pueda tener como espíritu familiar a un demonio, sobre todo si se considera que, en realidad, bien podría ser que generalmente, suponiendo la existencia de los demonios, sean entes del bajo astral los que acuden al hechicero cuando éste invoca demonios… En todo caso, si un hechicero llegase a tener el siniestro privilegio de contar realmente con un demonio familiar, éste podría tomar posesión de un animal, infestar un objeto, o bien permanecer invisible o, según se desprende de diversos relatos, seguir la demoníaca costumbre de aparecerse con una forma mitológica o monstruosa, como un perro de varias cabezas o un hombre con cabeza de carnero. En lo personal hay que tener mucho cuidado ya que suelen ser al igual que otros servidores muy vengativos.
Entidades creadas: Estas entidades se forman a partir de energía astral, se sostienen con energía astral, y su creación requiere complejos procesos en que el mago habrá de emplear símbolos, técnicas de visualización, elementos físicos que operen con la energía psíquica-espiritual de diversos modos (reteniendo, absorbiendo, emitiendo, direccionando, transmutando, amplificando, etcétera…), moldes de pensamiento, patrones de repetición y, según algunos, también egrégores (entidades creadas por varias mentes, consciente o inconscientemente), entre otras cosas. Crear con éxito una entidad es muy difícil, y generalmente ocurre que el mago cree haber creado una entidad, cuando en realidad no ha creado nada y simplemente ha conseguido tal o cual efecto con su propio poder.
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